PLANIFICAR LAS TAREAS DIARIAS

Planifica de forma racional, prioriza tus necesidades y si por alguna cuestión no puedes llevarla a cabo recuerda que después de un día viene otro.

Intenta dejar un hueco todos los días para incluir entre tus tareas actividades que te resulten agradables y placenteras (leer, escuchar música, hacer ejercicio, pasear, estar con amigos, …) cualquier cosa que te resulte relajante.

Recuperar la energía es necesario, no dejes de hacer aquellas actividades que te proporcionan la sensación de “cargar las pilas” (un baño de espuma, nadar, paseo por la naturaleza, un masaje…).

   

¿Cómo hacerlo? Consejos antes de comenzar:

  • Dedica tiempo para planificar el día: el día anterior a la tarde o a la mañana temprano
  • Realiza una lista de cosas agradables con las que disfrutas.
  • Ajusta y sé realista a la hora de planificar las actividades (por ejemplo, ordenar una habitación, o un armario, es más posible que ordenar toda la casa)
  • Si tiendes a posponer tus actividades puede que no utilices un buen sistema de automotivación. Puede que te estés bloqueando y atormentando pensando en lo que “deberías”, “tendrías que hacer”. Modifica la forma en la que te hablas a ti mismo. Si traduces las obligaciones en deseos es más fácil alcanzar los objetivos y las metas diarias: “no tengo la obligación de levantarme antes de las 10h pero me sentiré muy satisfecho si lo hago”.
  • Dividir las tareas en pequeñas partes es una buena forma de empezar. Puedes empezar poco a poco, y dividirlo en el tiempo, e ir aumentando. Por ejemplo: Ordenar un cajón de la estantería, mañana otro, pasado el resto. O acudir a clase, a una o a dos asignaturas, y poco a poco ir aumentando.
  • Otra forma de automotivarse es hacer una lista de las ventajas de realizarlas. Así verás las consecuencias positivas de hacer la actividad. Enumera todas las ventajas que se te ocurran.
  • Si tienes problemas para empezar ve diciendo en voz alta los pasos: Ej. Levántate, camina al cuarto de baño, abre el grifo, lávate la cara, sécate, coge el cepillo de dientes, echa pasta…
  • Puedes pedir ayuda a un compañero o familiar para que te anime o recuerde hacer las actividades planeadas.
  • Se flexible en los planes, acepta que pueden ser interrumpidos. Considera alternativas, o sustituye la actividad que no has realizado, o sigue con la siguiente de la lista.
  • No esperes milagros, es necesario trabajar firmemente, has de ser constante en la realización de las actividades de tu día a día.

Ejemplo de un plan diario de actividades:

  • Realiza un horario con dos columnas: En una escribe las cosas Por realizar (hora y plan que quieres cumplir cada día), y en la siguiente columna lo Realizado, lo que realmente has hecho, puede ser igual o diferente a lo que planeaste, pero escríbelo.

Es importante que en el día a día exista un equilibrio entre el placer y la obligación. Lo que te hace sentirte útil, lo que te hace descansar, relajarte y con lo que disfrutas.

Si hay demasiadas tareas de obligación y eres capaz de finalizarlas tendrás sensación de éxito, pero poca satisfacción. Si no las consigues terminar puedes sentirte frustrado, irritable, fracasado.

Al realizar el plan debes poner junto a cada actividad lo que corresponde: Logro o Placer.

Las actividades “logro” (L) son aquellas que requieren esfuerzo, Ej. Cocinar, lavarse los dientes, ir al trabajo…

Las de “placer” (P) pueden ser dar un paseo, salir a comer, oír música, leer un libro, hablar por teléfono. Debe haber equilibrio entre ambas a lo largo del día.