APRENDER A MANEJAR LAS EMOCIONES

  • Afirmaciones positivas: Las afirmaciones positivas nos hacen sentir mejor, para poder llenar nuestra mente de afirmaciones positivas debemos vaciarla de pensamiento negativos para ello es importante detectarlos. Una vez identificados los sustituiremos por otros más positivos de forma automática. Esto que parece tan simple consigue disminuir nuestra ansiedad física y cognitiva.
  • Detección de pensamiento: Con esta estrategia buscamos el control del pensamiento, puede usarse antes, durante o después de la situación que nos genera la emoción negativa. Cuando empieces a notarte nervioso, alterado presta atención a los pensamientos que estés teniendo, observa las connotaciones negativas que tienen para ti y tras el análisis date órdenes que busquen la interrupción del pensamiento como STOP, PARA, YA, BASTA… tras esta autoinstrucción sustituye los pensamientos detectado como negativos por afirmaciones positivas. Necesitarás práctica para identificar los pensamientos que evocan las emociones negativas y convertirlos en positivos.
  • Ensayo mental: Esta técnica es muy aconsejable cuando vamos a hacer algo para lo que no nos sentimos seguros: alguna prueba, hablar en público, un examen… consiste en visualizar que la situación temida se desarrolla sin problemas, te sientes seguro, relajado y satisfecho. Puedes repetirte consignas como: lo estoy haciendo bien, estoy relajado, al público le gusta práctica mentalmente tu plan de actuación, con cada ensayo mental la ansiedad se irá reduciendo y aumentará tu confianza para superarlo con éxito.
  • Cambio de perspectiva: dos grandes errores que cometemos las personas son pensar que nuestro punto de vista es el válido y otorgar a los demás intenciones que no son correctas. Esto nos lleva a menudo a discusiones o a sentirnos mal sin motivo. Es importante intentar cambiar la perspectiva sobre las personas y los hechos para no caer en estos errores.
    • Ampliando el foco de la situación: cuanto más cerca estamos de algo menos lo vemos, alejándonos de forma literal o mental para intentar ver la situación en su globalidad. Analizar la situación desde esta perspectiva.
    • Poniéndonos en el lugar de la otra persona: pensar qué está sintiendo o qué circunstancias puede estar viviendo para que se comporte así. De esta forma podemos ser más tolerantes y reduciremos nuestros sentimientos negativos hacia él. Por ejemplo, un camarero que no te atiende, puede estar con mucho trabajo, o que exista un problema en la cocina y por ello no puede servirte, piensa en lo agobiado que se debe sentir en ese momento, esto te ayudará a sentirte más relajado y tener más paciencia.