GHB y GBL

G, biberón o chorri.

El GHB (ácido gammahidroxibutírico) es una sustancia depresora anestésica que se presenta como un líquido incoloro, en ocasiones teñido y sin olor. Es conocido también como ‘éxtasis líquido’, aunque sus efectos tienen poco que ver con el éxtasis, que es un estimulante y no una droga depresora.

La mayoría de G del mercado es GBL (gamma butirolactona), que tiene efectos similares, pero de mayor intensidad y velocidad de aparición. El GHB y el GBL se pueden diferenciar por el gusto: el primero es salado y el segundo tiene sabor a químico. También se puede encontrar una mezcla de los dos compuestos.

Sus efectos son muy similares a los del alcohol, aunque se alcanzan a dosis mucho menores, a los 10 o 20 minutos del consumo: relajación, euforia, desinhibición, excitación, sociabilidad, entre otros.

Puede provocar mareos, somnolencia, visión borrosa o doble y descoordinación motora. También puede producir vómitos y la posibilidad de aspirar el vómito si la persona tiene disminuido su nivel de consciencia y está tumbada.

A dosis altas puede causar agarrotamiento, contracturas musculares y paranoias. También convulsiones en personas que padezcan epilepsia, sobre todo si se mezcla con estimulantes. Y coma.

El uso continuado de GHB/GBL puede producir un cuadro de dependencia. Y el síndrome de abstinencia (insomnio, temblores, sudoración, ansiedad...) se produce si se suspende el consumo habitual.