Ketamina

Special K.

Es una sustancia depresora. Se puede encontrar como líquido, polvo, cristales, pastillas o cápsulas. En ocasiones puede estar mezclada con otras sustancias (efedrina, cafeína, etc.).

Sus efectos dependen de la composición, la dosis, el contexto en que se consuma y las características de la persona como el peso, la edad, etc.

En dosis bajas produce efectos similares a los de borrachera por alcohol, con pérdida de coordinación y dificultades para hablar y pensar, visión borrosa...

En dosis altas puede provocar un ‘viaje’ muy intenso, con delirios, pseudoalucinaciones, pérdida de la noción del espacio y del tiempo y distorsión de la realidad. Algunas personas se ven fuera de su cuerpo o piensan que han muerto o van a morir de manera inmediata.

Su consumo habitual produce alteraciones en la memoria y en la concentración, y deterioro de las habilidades del individuo. También puede provocar ansiedad, paranoia y paro respiratorio y cardíaco. Incluso consumos mínimos pueden producir sobredosis.

La ketamina tiene un elevado riesgo de adicción y una rápida tolerancia. Su combinación con alcohol u otras drogas aumenta el riesgo de sufrir los efectos adversos. La mezcla con psicoestimulantes y/o alucinógenos puede provocar una reacción impredecible y muy peligrosa.